sábado, 1 de agosto de 2015

Los Caprichos del sendero


Trabajar en un Hotel y organizar un viaje de este tipo es un poco complicado, sobre todo, si por medio hay un Festival tan grande como San Fermin y un verano que se prevee muy movidito. No hay tiempo para nada.





Y este tipo de viajes requiere de mucha organización, de mucha búsqueda de experiencias ajenas, de listas y listas de necesidades (básicas, medicas, legales....) y sobre todo paciencia, mucha paciencia.

Viajar a un pais como Nicaragua y realizar un voluntariado sin estar apoyado por una ONG grande, no es tan sencillo como pudiera parecer.

El día 7 julio (como no podía ser de otra manera) llegan unos emails muy raros a mi bandeja de entrada... entre el susto, el disgusto, los nervios y la impaciencia, leo con intranquilidad que el gobierno de Nicaragua ha decidido paralizar todos los voluntariados que ya estaban en marcha con esta ONG.

Ohh Dioss Miooo!!!!

No os contaré como fueron los siguientes días porque si soy sincera, el ajetreo permanente del hotel no me permitió ni tan siquiera llegar a preocuparme...
Ya habría tiempo de preocuparme.

Esos dias, las noches se hacían muy pesadas, los sueños demasiados cortos y los días muuuuuy largos. Que ganas de que terminaran las fiestas para poder centrarme en mi viaje.

Pues bien, el día 23 de julio me pongo a ello. Siiiiii, ya lo sé. San Fermin termina el día 14 de julio... pero había que hacer un parón para respirar y coger fuerzas y así poder hacer frente a toooodo el verano... que se presenta entretenido.

Tengo que reconocer que hay dias en los que la idea de pasar mis vacaciones como voluntaria en Nicaragua, no me parece tan buena. Y es que, lo que parecía algo sencillo, no lo es tanto.

Releo otra vez el email de Sam, que se proclama como el nuevo coordinador del proyecto. Viene a decir que se paraliza todo, que donde antes teniamos nuestra plaza asegurada... ahora no.

Decido buscar un plan B, teniendo la ligera sensación de que no va a hacer falta... pero nunca se sabe...

Recapitulemos: tengo un billete de avión a un país exótico, 21 días de vacaciones,  y pocas ganas de quedarme en el sillón...

Otro tipo de turismo se abre delante de mi.



Plan B: mochilear por Nicaragua durante 21 días.

El ambiente en el grupo de whatsapp decae. Los voluntarios están muy perdidos y las ilusiones rotas.

Hay gente que ya tiene otras ONG y los que todavía no habían comprado el billete se replantean su viaje. Y nadie quiere darle la vuelta a la tortilla y disfrutar del plan B?













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